Extenuante, prolongado, parejo y de a ratos confuso nuevo encuentro deportivo disputado ayer por la tarde en el estadio cubierto Atalaya, donde un agobiante calor recibió a los equipos de “Alí Babá y sus 4 ladrones Football Club” y “Deportivo Manito Negra” quienes se enfrentaron hasta el límite de sus energías durante unos eternos 100 minutos de juego.
El encuentro comenzó transitando por los carriles habituales, con las características imprecisiones iniciales que caracterizan a la mayoría de sus paralíticos participantes. El marcador se mantuvo realmente parejo durante casi todo el encuentro, ya que cada uno de los equipos respondía con una nueva conquista a cada anotación de su rival.
Pero una sensación extraña se respiraba en el sofocante aire de la tarde, se presentía que algo iba a ocurrir, algo iba a cambiar, no iba a poder mantenerse semejante paridad sin que comenzaran a surgir los roces entre los participantes, absolutamente comprometidos y dispuestos a dejar su vida en la cancha con tal de conseguir la victoria.
A medida que el encuentro avanzaba y el cansancio carcomía los momificados cuerpos de los participantes, la imposibilidad de marcar diferencias comenzó a repercutir en el buen ánimo y espíritu deportivo de algunos jugadores de “Alí babá”, quienes evidentemente están demasiado acostumbrados a la victoria y no estaban de ninguna manera dispuestos a aceptar otro posible resultado en este encuentro.
Así es como una serie de dudosas, infantiles e inocentes jugadas antirreglamentarias cobradas por el equipo de “Manito Negra” provocaron la total exacerbación del ánimo de los jugadores de “Alí Babá” que comenzaron a utilizar esta infantil excusa como detonante para dar rienda suelta a todos sus más bajos y lujuriosos instintos antideportivos, aplicando de manera absolutamente desproporcionada una suerte de conveniente “Ley del Talión” a partir de la cual se les permitía decidir de manera totalmente arbitraria la validez de cada jugada, según ésta les resultase favorable o no.
Bajo esta premisa, alguno de los autoproclamados “honestos” jugadores de Alí Babá decidieron ignorar un flagrante, evidente y totalmente legal penalti cometido por el jugador dGándara cuando el balón ya había superado al arquero y estaba a punto de ingresar a la portería. O facturar un tiro libre indirecto ejecutado de manera completamente irregular, aduciendo un previo y supuesto “roce” del balón por parte de uno de sus malintencionados jugadores, o anular goles perfectamente legales, esgrimiendo ridículas e imaginarias faltas contra su arquero.
Por supuesto que esta desesperación y falta de estabilidad mental y emocional exhibida por el quipo de “Alí Babá” fue rápidamente capitalizada por su rival, quien comenzó a sumir a su equipo contrario dentro de un complejo y confuso juego psicológico que socavó completamente el escaso buen juicio que podía haber permanecido en los contendientes.
A estas alturas de los acontecimientos, el equipo de “Alí Babá” se parecía más a una enardecida horda mongoliana que a una escuadra de fútbol, que atacaba con brutalidad y persistencia a sus sitiados enemigos, pero sin ningún tipo de organización o esquema estratégico, lo que les llevó a cometer aberrantes errores tácticos que fueron bien aprovechados por el equipo de “Manito Negra”. En los momentos más oscuros de los ataques perpetrados por Alí Babá, la defensa de Manito Negra resistió estoicamente, apuntalada por una excelente participación de su portero estrella.
De esta forma, y gracias a las facilidades otorgadas por la casi inexistente defensa contraria, Manito Negra sacó una pequeña pero sólida ventaja en el marcador, que le permitió tomarse un merecido respiro y replantear el esquema de juego de tal forma de conducir el trámite del partido hacia cauces más convenientes.
Así es como Manito Negra decidió hacerse con el control del balón, apostando a enfriar el curso del juego, haciendo circular la pelota e intentando en todo momento mantener la posesión del esférico. Por supuesto que esta estrategia fue interpretada como absolutamente antideportiva por sus impotentes rivales, que a esta altura ya veían absolutamente cualquier jugada que no terminase en gol propio como totalmente antirreglamentaria. Realmente patético; pensar y tratar de organizar el juego pasaron a ser actitudes desdeñables según estos acalorados jugadores.
Durante los minutos finales del partido, el juego cerebral y ordenado de Manito Negra contrastó con la desordenada y en muchas oportunidades mostrenca estrategia expuesta por sus rivales, que transpiraron su frustración, impotencia, y resentimiento hasta el último momento, al ver como el resultado se les escurría de entre los dedos.
Calificación de los participantes:
Para incentivar la polémica y propiciar la participación de otros avezados escritores, así como demostrar la absoluta imparcialidad y espíritu democrático de este reportero (no porque sea un vago) he decidido a modo de experimento social no calificar individualmente las actuaciones de cada uno de los participantes, sino intentar llegar por medio del debate sano y maduro a un acuerdo en los puntos que debería recibir cada jugador, así como los receptores de los más afamados galardones de esta liga, la gloriosa Gold Medal y la humillante Shit Medal.
Pueden comenzar a realizar sus propuestas, está absolutamente claro que, siguiendo con la imparcial buena práctica ejercitada hasta el momento, en promedio el equipo vencido debe recibir calificaciones más bajas que el vencedor, pero si algún jugador desea hacer comentarios particulares sobre otro, son bienvenidos.
Por supuesto que si esta generosidad demostrada por tan magnánimo reportero no es bien aprovechada por los escritores, que deberán justificar su puntaje con sólidos argumentos, esta modalidad no se repetirá en el futuro, y nuevamente se volverá al habitual y despótico sistema de calificación.
¡Que vengan esos números!
El reportero misterioso